Hola,
Ya veo que la cosa está muy parada, pero es culpa mía, he abandonado tanto este sitio que creo que ya no deben ni existen ni las cuentas con la que la gente se hizo seguidora en su momento. Pero bueno, yo seguiré por aquí, al menos el tiempo que sea necesario para mí, porque ya sabéis que este es un blog sin ningún tipo de planificación a la hora de subir las entradas, aunque m gustaría que fuera una cosa más regularm ya que como he dicho me está resultando más terapéutico de lo que yo creía.
Pero a lo que iba. Hoy os quería explicar la mierda de año que fue para nosotros el 2024, y es que lo único que lo hizo un poquito más llevadero fue saber que estábamos esperando a nuestra hija.
Así que vamos allá, pero ya os aviso que está entrada no va ser dulce, sino todo lo contrario, bien amarga.
El 2024 empezó tomándonos las uvas, en nuestra casa, con mi cunyado y su mujer (ya os he hablado de lo bien que me cae esa mujer), y mis suegros. Un fin de año como otro cualquiera, pero creo que lo hubiéramos aprovechado mucho más, si hubiéramos sabido que el siguiente no sería para nada así.
El día 1 de enero, nos enteramos que un compañero que iba conmigo al instituto y que conocía desde que íbamos en pañales, se había suicidado en casa de su hermana. Fue un golpe inesperado y duro, creo que hasta un poco duro de asimilar, porque aun a día de hoy sigo sin entender, como siendo como era él, hizo tal cosa, y como de oscuro tenia que ser lo que sentía para llegar a ese punto.
El día 15 de enero, es nuestro aniversario, y el 20, el cumpleaños de mi chico, así que quisimos hacer algo un poquito más especial, y nos fuimos a la gran ciudad, al teatro, para ver un gran espectáculo que nos emocionó de principio a fin. Y allí, ese día, volviendo para casa, empezó un dolor, que creo que solo lo hemos podido superar gracias a la luz que nos da mi hija..
En el coche volviendo para casa, nos llamaron, que la abuela de chico, se encontraba mal, y que la llevaba al hospital. Una señora de 95 años, que nunca había pisado un hospital, y que para no tener, no tenía ni colesterol, pues tenía que ser una cosa importante para que la llevarán con tanta urgencia al hospital.
Le encontraron que se le había hecho un nudo en los intestinos, oclusión intestinal severa, ya que hacía días que la mujer tenía dolor, pero no había dicho nada hasta que no pudo más. Los doctores nos explicaron que no la iban a operar, ya que era una persona muy mayor, y su cuerpo no pasaría la operación. Así que simplemente se tenia que dejar morir, lo que su cuerpo aguantará dijeron. Fueron dies días, en los que te toca ver a una persona apagarse poco a poco, y aún así aguantó mucho tiempo según los médicos, a mí si me preguntáis, pienso, que era una mujer dura, fuerte y cabezota que lucho hasta que no pudo más.
A principios de marzo, recibo un WhatsApp en el grupo de la familia, por parte de mi padre, es una familia muy grande, somos muchos primos, de qué mi abuela está en el hospital, que tiene fiebre y que ha cogido un poco de neumonía. Una señora también de 95 años, que tenía alergia a los hospitales, y que creo que le hubiera encantado nacer en esta época, ya que era de las que te decían, no te cases y no tengas hijos, disfruta de tu vida. Tres días. En tres días volvía a estar en un tanatorio.
Al tener este espectáculo de principio de año, puedes pensar que la cosa ya ha terminado, pero entonces la vida te mira y dice: "aguantame la copa".
A finales de junio, mi suegra se empezó a encontrar mal, ella ya estaba enferma, tenía un cáncer en la sangre, pero el tratamiento había ido genial, y ella seguía con su día a día sin ningún tipo de problema, pero como os digo de repente se empezó a encontrar mal, le dolían las piernas y ella no estaba cómoda. Ya sabéis, uno mismo se conoce, y sabe cuando algo no va bien.
La llevaron al hospital, y descubrieron que se le había formado un trombo en la pierna, que no podían deshacer con la medicación correspondiente porque al tener el cáncer en la sangre podía resultar que se desangrara por otro lado, asi que el trombo se tenia que deshacer por si solo. Y a partir de ahí, todo fue como una rueda. Empezó también a tener líquido en los pulmones, que tuvieron que drenarle, y después el líquido también fue al corazón, que pudieron operar y drenar también, pero al igual que a su madre se le hizo una oclusión intestinal, una cosa muy complicada de operar, y aún así no se sabe nunca si se saldrá de la operación por muy sano que estés, y ella en ese punto, tenía mucho dolor. Así que los médicos lo dejaron claro, no había nada que hacer. Simplemente la durmieron, y se fue, tranquila, rodeada de sumariso e hijos.
Era una mujer que le tenía mucho cariño, ella lo sabe allí donde este, y meda mucha pena, porque antes que la durmieran me dijo que no podría conocer a su nieta, y me pidió que le enseñara una eco. Este donde este, espero que sea una luz que guíe a mi hija.
Mi suegro no pudo remontar después de eso, se había perdido, había dicho adiós al amor de su vida, y no pudo o no quiso seguir luchando. Le encontraron unos tumores en el cerebro, que no eran operables, y aunque recibió radioterapia, no sirvió para nada. Poco a poco fue marchitándose. Empezó a estar desubicado, perdía la memoria y la fuerza, no podía hablar ni comer, ni andar.. si para mí fue duro, no llegó a poder imaginar para chico lo que llegó a ser. Lo tuvieron que ingresar en un centro porque necesitaba cuidados 24 horas, y para nosotros no era posible cuidarlo como se tenía que hacer. Y al final se dejó ir, el día de su santo, antes de que terminara el día. El día 1 de enero, el también se fue. Yo pienso que no pudo vivir sin su mujer, que todo lo demás ya no era importante, y dejó de luchar.
Siete días después, nació mi hija. Ella no podrá conocer físicamente nunca a sus abuelos, pero nosotros nos encargaremos de explicarle lo mucho que la querían sin verla, y que no esté triste porque su vida estará bendecida, porque tiene muchas personas, que la cuidan y que la aman desde otro lado.
Ya he dicho que no fue un año fácil, en el que también podéis sumarle todo el embarazo, que como podéis imaginar ni yo ni mi pareja pudimos disfrutar como creíamos que íbamos a hacer, y que fue otra cosa que tuvimos que gestionar emocionalmente, y que tampoco fue fácil.
Creo que hoy he sacado muchas cosas...
Nos leemos pronto.
Mil besos indignantes.