Hola a todo aquel que este interesado a leer.
En este blog publicaré todo eso que quiera, todo eso que me apetezca... aunque no tenga sentido, aunque sea irracional...
Mis historias, mis poemas, mis reflexiones, mis dudas, mis miedos... lo que me gusta y lo que odio... publicaré lo que más quiera sin importar que palabras uso o que llegue a pensar la gente.
Si estás conmigo, sé bienvenido a este rincón, el rincón de una indignada.

jueves, 20 de octubre de 2016

#12 LAS PUTAS HORMONAS DE MIERDA / momentos indignantes


Hola indignados!

¿Sabéis cuando hichaís e hinchaís un globo y ya ves que va explotar? ¡Vamos! que lo presientes que en breve hará ¡PLOF! Pues así me siento hoy...

Y es que si señores míos, hoy es ESE día del mes.

Ese día del mes donde comes como si el mundo se fuera a terminar mañana, donde no ves tu reflejo real en el espejo (solo te ves como una puta vaca lechera), donde lloras como si tu fueras la única que pudiera llenar los rios... No sabes lo que te pasa. Lloras, riés, te enfadas, te enfadas mucho, gritas, lloras, quieres mimos, gritas que no te toquen, riés y vuleves a llorar.

Ese día que lo más sano que comes és un gofre con mucha nutella por encima, y lo único que quieres es estar acurrucada en la cama tapada hasta la nariz en posción fetal. Ahora, que esa sábana que te tapa no te roce las tetas (llamalas como quieras: bubis, pechos, domingas...) porque la sensibilidad con las que en ese momento están dotadas solo se asemeja.... ni un puto comparativo encuentro! Están sensibles y punto!

Por si aún no lo habías pillado: ¡Hola querida (notasé el sarcasmo) menstruación!

Y es que este día te levantas, tú toda feliz, y vaya... ¡sorpresa! ahí está, toda señora vestida de rojo.... ¬¬

Bueno, respiras, te relejas... y piensas no será tan malo - pobre inocente de ti -. Puto día de mierda!

Da la casualidad de que justo ese día es el día que más trabajo tienes, que más horas pasas de pie y más jefes se presentan delante tuyo. Y tú lo que sientes, aunque por fuera sonríes como una buena profesional, es que te están desgarrando por dentro.

Dolor!

Y como estás en el trabajo, y aún te queda una jornada jodidamente larga por delante, la única solución que te queda es tomarte un ibuprofeno. Oh si! El dolor se ha ido... ¿pero que tienes a cambio? un flujo -he querido ser fina- más abundante que un centro comercial en sábado y rebajas.

Y si, mis indignados.. así podemos resumir ese día del mes: UNA PUTA MIERDA DE LAS GORDAS.

¿Me contaís alguna de vuestras esperiencias? Machos, también podeís opinar que de madres, hermanas, amigas, novias... nadie se libra.

Besis y a indiganarse!




lunes, 17 de octubre de 2016

#11 NO MÁS / poemas


Tú no has entendido,
nada has entendido.

No te has dado cuenta
de lo mucho que te quiero,
por muchas veces
que te lo he repetido.

Tú has seguido a lo tuyo,
negándote las cosas,
y culpándome a mi por todo,
para que así, 
el engaño,
a tu corazón fuera más cierto,
para que así,
doliera menos.

Esperabas que te llamara,
que te llorara,
que suplicara por tus caricias
y tus besos,
pero no ha sido así.

En esta vida, ya he sufrido
suficiente por el amor,
y yo no te voy a rogar 
por algo que no me quieres dar.

Tú no has entendido,
nada has entendido.




jueves, 13 de octubre de 2016

#10 DÍAS LLUVIOSOS/ moda


Hola indignados!

Hoy he preferido hablar de moda. Y es que aquí de donde soy lleva unos días que se le podría decir que han estado pasados por agua. UN PUTO ASCO! Lo sé!

Oh verano! como te hecho de menos!

Pero como de todo hay que verle el lado positivo, que mejor manero que pensar en gastar y llenar el armario (sonrisa).

Espero que os gusten mis ideas de conjuntos para un perfecto (asqueroso) día lluvioso de otoño.

Besis y a indignarse!

-------------------------------------



Empezar con una camiseta de color borgoñas creo que sería perfecto, ya que es un color que está de moda este otoño, aparte es una prenda cómoda y ligera que nos dará un toque informal a nuestro look. camiseta BERSHKA precio 9,99€




Para la parte inferior buscaremos unos skinny jeans en color oscuro, que daran un toque más elegante en contraste con nuestra camiseta. skinny low jean H&M 19,99€




Y para taparnos de la húmeda lluvia que mejor que una parka bien calentita y mullida. parka de borreguito BERSHKA 49,99€




Y para tener nuestros pies secos y calentitos unas buenas botas de agua, para poder jugar con los charcos! botas lemon jelly ZALANDO 89,95€





Y para complementar este conjunto que mejor que complementos: paraguas y bolsa! paraguas largo mr. wonderful 21,95€ / mochila silvio MISAKO 29,99€


               




















lunes, 10 de octubre de 2016

#9 DEMASIADO TARDE/ poemas


Ahora te arrepientes?
Ahora dices que lo sientes?
Cualquier escusa es buena
para justificarte.


Siempre pidiendo perdón
pero nunca de corazón.


Cada golpe que pegaste
cada golpe que recibió
cada lágrima que cayó por tu culpa
cada lágrima que nunca se secó.


Miedo y dolor era su vida,
en dolor y miedo se convirtió.


Ahora sus pies ya están lejos
ahora el terror desapareció.


Y aunque aún guarda las marcas de tus golpes
en lo más hondo de su corazón
una sonrisa se dibuja en su rostro
al saber que nunca más habrá dolor.


Ahora te arrepientes?
Ahora dices que lo sientes?








#8 ME BASTO/ relato


Bueno, bueno, bueno... Hola indignados!

La verdad es que no se si hay mucha gente que lee por aquí, pero estoy adorando cada vez más esto (sonrisa enorme)
 Hoy llueve... y eso me he hecho ponerme melancólica, y me he dicho: ¿porqué no escribes algo triste de cojones?  y ¡ea! esto es lo que hecho.

Espero que lo disfrutéis.
Besis, sacar pañuelos y a indignarse!

----------------------------------------------



Recuerdo perfectamente el primer día que pise esa casa. El cielo estaba cubierto por un manto de nubes oscuras, y unas primeras gotas anunciaban que la tormenta se acercaba, todo alrededor era verde y húmedo, y es que era la primera vez que pisaba aquellas tierras en las que pocos días al año llegaban los rayos del sol.

Una gran casa blanca, se alzaba elegante delante de mi, con grandes ventanales y puertas de madera maciza.

Hacía algunos minutos que el carruaje que me había traído ya había partido, pero yo como una tonta novata, no podía dejar de admirar la elegancia que tenía enfrente de los ojos.

La familia Bennet había requerido mis servicios como doncella, así que había dejado mi casa, que estaba a un día de ahí donde me encontraba, y me instalaría en la casa de mis nuevos señores.

Con una maleta en la mano, donde guardaba mis pocas pertenecías, me acerqué a la puerta y con un poco de miedo llamé con timidez.

Según había escuchado los Bennet eran una familia de médicos prestigiosos, y eso me imponía bastante, ya que a mi dieciséis años era la primera vez que trabajaba en una casa en la que no conocía, y esa no era cualquier casa, era una familia adinerada, y era un gran logro que yo estuviera a ese lugar, pero gracias a mi madre que conocía una de las doncellas que trabajaba en esa casa, me encontraba frente a frente con lo que esperaba que fuera mi futuro.

Había dejado atrás a mi amigas, a mi familia.. pero ellos estaban contentos de mi buena suerte, porque en 1920 las oportunidades de trabajar en una casa como aquella se podía contar con los dedos de una mano.

La puerta se abrió dejándome ver una gran entrada, donde descansaba el pie de una enorme escalinata blanca.

-Bueno día, le puede ayudar en algo?- preguntó el mayordomo.

Era joven, vestía de negro, y tenía una apariencia seria, que era correcto respecto al trabajo que desarrollaba. Su cabello rubio estaba peinado hacía atrás, y sus ojos azules brillaban con la luz de la lampara de cristal que colgaba del techo.

-Buenos días, esto.. soy Amelia Aldridge, y vengo a trabajar de doncella.

-Oh!- parecía sorprendido

-Algún problema?

-No.. es que pareces muy joven.. pero eso está bien, podrás desempeñar más trabajo.

No sabía como tomarme eso, así que solo asentí.

-Encantado de conocerte Amelia, mi nombre es Andy Dunne. Espera aquí, voy a buscar a Shawn, para que te ayude y te enseñe todo esto.

Me quedé ahí parada mientras veía como el señor Andy desaparecía por una puerta más pequeña comparado con las otras que podía ver, seguro que era la de servicio.

El rato que estuve sola pude observar más minuciosamente. Había un jarrón azul y blanco en una rincón, donde colocados de forma muy artística descansaban unas bonitas flores secas, un pequeño mueble de madera en el que estaban dibujadas pequeñas flores que parecían claveles..

-Amelia?

Me giré y frente a mi había una mujer de cabello oscuro, vestida con un vestido negro y delantal blanco.

-Amelia, soy Shawn, la amiga de tu madre, ahora voy a enseñarte esto, te explicaré cuatro cosas, y te diré cuales son tus tareas para que te pongas a trabajar de inmediato.

Asentí. Shawn parecía una buena mujer y con mucha experiencia.

Subimos por la escalinata, y embobada no perdía ningún detalle de esa magnífica casa.

-Bueno Amelia, esta familia, esta formada por los señores Bennet, Donald y Camelia, son muy buenas personas, nada que ver con los ricachones que hay por la zona. Tienen dos hijos, la pequeña, Sofia, es una niña adorable, creo que tiene la misma edad que tú.. cuantos años tienes?

-Dieciséis

-Pues si, tiene la misma edad que tú. Ella está comprometida con el señorito Reed Hale, un soldado que a sus diecinueve años ya ha recibido medallas por valentía. Y luego está el señorito Anthony, él es muy inteligente, está siguiendo los pasos de su padre, y en un futuro muy próximo se convertirá en médico, y yo sé que será uno de los mejores. Anthony se toma muy enserio la medicina, a parte es un chico muy apuesto, así que con la chica que se case, que tiene que ser pronto porque ya tiene veinte años, será muy afortunada de tenerlo como marido.

Se veía a leguas que Shawn estaba muy orgullosa de ellos, seguro que los había tratado desde pequeños, y los había visto crecer, y seguro que ellos la trataban muy bien, porque sino no le brillarían los ojos y sonreiría cuando hablaba de ellos.

-Como personal.. hay poca gente trabajando en esta casa. Está Andy, el mayordomo, yo que soy la que revisa que todo esté en perfectas condiciones, Ella que se encarga de la cocina, Cathy que se encarga de el primer piso de la casa.. y tú, que te vas a encargar del segundo piso. Gracias a tu llegada, yo y Cathy tenemos menos trabajo, antes de tu llegada hacíamos el segundo piso entre las dos, y siempre íbamos apuradas de tiempo. Vas a ser de mucha ayuda.

Eso me hizo sonreír, estaba contenta de ser útil en ese lugar.

-El segundo piso constá de las habitaciones principales, de dos baños y la terraza. Tiene que estar todo listo antes de la hora de comer. Por las tardes si no hay nada que hacer, y los señores no te necesitan las tendrás libres. Dormirás con Cathy y conmigo.

Dicho esto me llevó hacía la cocina donde se encontraban Ella, una chica morena y de ojos negros, y Cathy, que era rubia y con ojos marrones.

Eran muy simpáticas, en pocas horas me sentí como una más de ese lugar.

-Amelia, ven que te enseñaré nuestra habitación.

Seguí a Cathy hasta una puerta que se encontraba en una de las esquinas de la cocina, ahí, habían tres camas, y la habitación no era para nada pequeña. Había un escritorio con una silla, y tres cómodas de madera clara.

-Esta será tu cama- dijo señalando la cama que estaba más cerca de la ventana- y puedes guardar tus cosas en esta cómoda de aquí.

Coloqué mis escasas pertenencias en el primer cajón, cuando lo abrí el olor a madera y a bosque inundó mis pulmones.

-Y Cathy.. Ella y Andy donde duermen?- pregunté no queriendo ser muy cotilla.

-Te has fijado que hay otra puerta como esta en la otra esquina de la cocina?- asentí- pues ahí duerme Andy, y Ella duerme en su casa con su marido Colin.

Sonreí, y fuimos hacía fuera, tenía que empezar con mis tareas.

((((((0))))))

Antes de la hora de comer, y tal y como me había dicho Shawn, la segunda planta de la casa, estaba en perfectas condiciones. Había quitado el polvo a conciencia, con la intención de no dejar ni una mota de este.

Las habitaciones eran increíbles, grandes y magníficas. Llenas de cosas que yo jamás me podría permitir, ni siquiera soñar en tenerlas.

La recamara de el señor Donald y su esposa, estaba pintada de un color muy claro, pero no llegaba a ser blanco, y una linea de color azul imitaba con elegancia alrededor de la habitación el movimiento de las olas del mar. La cama era de las grandes, y estaba vestida con sábanas del mismo color que la linea de las paredes.

La habitación de la señorita Sofia, estaba llena de color, y un increíble armario guardaba todos y cada uno de sus vestidos echos a medida.

Por último la habitación del señor Anthony la que estaba al fondo del corredor, me dejó con la boca abierta. Y es que entre sus paredes, se escondía la mayor colección de libros que nunca hubiera podido imaginar.

Con la yema de los dedos toqué el lomo de todas esas obras de arte.

Gracias a mi padre podía disfrutar del placer de leer un libro. Aunque en el momento que me dijo que me enseñaría a leer, lo encontré la cosa más absurda, porque en esos tiempos lo que tenía que aprender una niña era a coser y cocinar, a medida que iba pasando el tiempo me daba cuenta que lo mejor que hay en esta vida es poder sumergirse entre las páginas de un libro.

Un carraspeo me devolvió al mundo real. Al girarme me encontré apoyado en el marco de la puerta un ángel de cabellos color bronce.

-Yo.. yo lo siento.. mejor me voy- dije con la cabeza gacha.

-No te disculpes- la voz era varonil y única- yo también adoro leer, y puedes coger un libro, el que quieras, cuando más te apetezca.

-Gra.. gracias, pero.. no sería lo correcto, mejor será que vaya a terminar con mis tareas.

-Lo correcto? Los libros son míos, y yo decido si los puedes coger o no. Y la respuesta es que si es lo correcto que los puedes leer.- el ángel caído se acercó a mi rozando sus dedos en mi mejilla- has dicho tareas? Que tareas puede hacer esta hermosa mujer?

-Yo.. yo.. soy Amelia, la nueva doncella.

-Ooh, que descortés de mi parte, yo soy Anthony. Nueva doncella?- el mayor de los Bennet agarró mis manos y las acarició con delicadeza- no tienes manos de doncella, tú no tendrías que servir, tú tendrías que ser servida.

-Mi señor.. me alaga, pero mi trabajo es limpiar, cocinar.. lo que se me mande.. Ahora si me permite.. tendría que bajar, Shawn me estará buscando.

-Perdón.. tienes razón no te entretengo más, ha sido agradable hablar contigo Amelia, sería un honor poder hacerlo de nuevo muy pronto.

El color de mi rostro pasó de ser de un blanco translucido a un brillante rojo.

Los ojos jade de Anthony no podían esconder la curiosidad que estaba sintiendo.

Entonces él hizo algo que me sorprendió. Depositó cerca de la comisura de mis labios un casto beso, que para mi sería algo demasiado “grande” para poder dejar pasar..

Los días pasaban, y por curioso que pareciera, el que tendría que ser mi señor, se había ido convirtiendo poco a poco en un buen amigo, aunque mi corazón quisiera algo más.

Las tardes que tenía libres las pasaba con Anthony porque él me lo pedía, y hablábamos de todo un poco. Los temas principales eran la infancia, los amigos.. pero sobretodo los libros. Pasábamos horas y horas charlando de las magníficas obras literarias que habían pasado por nuestros dedos.

Una noche en la que no podía dormir, subí a la terraza del segundo piso, esa que limpiaba cada mañana, mirando las estrellas pasé mucho rato, sentía que había algo dentro de mi que tenía que me oprimía el corazón, y aunque no lo quería reconocer lo podía resumir con una sola palabra: amor.

Ya hacía mucho tiempo que me engañaba, pero no se puede esconder tanto tiempo lo que alguien siente, estaba enamorada desde el primer momento en que lo vi de él, del que era uno de mis señores, el que poco a poco se había ganado mi confianza y mi amistad, del que no podía dejar de pensar, al que si le pasaba algo yo me moría.. de Anthony.

Pero estaba mal, yo no podía sentir todo eso, eramos diferentes, no pertenecíamos a la misma clase social, no podíamos estar juntos, porque nadie lo vería con buenos ojos..

-Que puedo hacer?- pregunté a las estrellas y a la luna

Una lágrima rodó por mi mejilla, el dolor del temor de un amor no correspondido era demasiado para mi esa noche..

-No puedes dormir?- preguntó una voz que reconocería entre miles.

-No, salí a mirar las estrellas- dije mientras intentaba secarme las lágrimas.

Pero fue un gesto inútil, Anthony fue rápido y lo vio, vio como estaba llorando.

Me seco muy suavemente esas gotas de agua que mojaban mi rostro.

-Porque lloras Amelia?- preguntó. Yo no podía reponderle..- Una mujer solo llora así por amor.. es eso mi bella Amelia? Lloras por amor?

-Si.. -dije con la voz entrecortada

-Mataré a todo aquel que te haga sufrir- juró mientras con sus ojos buscaban los míos.

-Si te viera morir, yo moriría acto seguido..

Se hizo el silencio, solo silencio. Anthony estaba procesando la información dicha, y yo me sentía cada vez mas incómoda en ese lugar.

Los segundos pasaban, y nadie decía nada.

Suspiré y me dispuse a salir corriendo de ese lugar, a desaparecer hasta mi habitación, dormir y hacer como si nada hubiera pasado.

Anthony tiró de mi y colocó sus manos en mi cintura acercándome a él.

-Tú me amas Amelia?-preguntó con la voz llena de duda y esperanza- Respóndeme.. me amas?

-Yo.. yo.. te amo Anthony.

Me acarició la mejilla y entonces dijo algo que hizo que mi corazón latiera locamente:

-Yo también te amo. Amelia si me hubiera enterado antes que sentías lo mismo por mi, no me hubiera callado durante tanto tiempo, habrías descubierto mis sentimientos mucho antes.. te amo..

Y ahí fue cuando me besó, cuando sentí sus labios sobre los míos, cuando su aliento se mezclo con el mio..

Quería sentirlo más cerca de mi, y eso ya era imposible, nuestros cuerpos estaban tan juntos.. pero quería más y más.. y poco a poco nos fuimos entregando el uno al otro, bajo las estrellas, bajo el cielo oscuro y frío me entregué a ese hombre en cuerpo y alma. Su cuerpo y mi cuerpo era solo un cuerpo.. nos amamos, nos deseamos, lo disfrutamos..

((((((O))))))

Habían pasado algunos días y Anthony y yo seguíamos teniendo nuestros encuentros y cada día, y aunque pareciera imposible, lo amaba cada vez más.

Pero una noche mientras se estaba acabando de limpiar la cocina, y lo ensuciando por la cena, escuche algo que jamás hubiera querido escuchar y que me rompió y mil y un pedazos.

-Ya han encontrado prometida para el señorito Anthony, es una de las hermanas Laurents.

Entonces me guié por mis instintos, y corrí hasta mi dormitorio.

Guardé todas mis pertenecías en mi pequeña maleta y pedí a Andy que buscará un carruaje que me tenía que ausentar por unos días por asuntos familiares.

Cuando en la casa Bennet todos dormían, yo salí de esa casa con los ojos llenos de lágrimas y el corazón roto por los momentos vividos, y me subía a ese coche de caballos que me esperaba.

Me alejaba de Anthony, me alejaba de él porque jamás podríamos estar juntos, porque eramos de lugares distintos, de mundos diferentes, y porque cada uno tenía que seguir su camino.

Cuando los caballos empezaron su trayecto una voz que nunca hubiera confundido se hizo eco en el silencio de la noche.

-Amelia, no te vayas..- gritó Anthony, pero ya era demasiado tarde.






miércoles, 5 de octubre de 2016

#7 ¡QUÉ P*** ASCO! /momentos indignantes


Hola indignados!

Os tengo que contar que me ha pasado hoy, y es que creía que me saldría urticaria y todo! (muecas de asco y repulsión)
Como sabéis, y si no sabéis os lo cuento: trabajo en el spa de un hotel, un hotel donde se mueve mucho dinero -todo hay que decirlo- y en el spa lo que hago son masajes, todo el puto día sobando a gente que no conozco de nada.... Pero como en la viña del señor hay que saber hacer de todo, aquí la menda hace desde masajes a pedicuras. Y hoy me ha tocado hacer eso, una pedicura.

Dicha pedicura la había reservado un señor.

Santa mierda cuando ese hombre se ha quitado los zapatos!!!

A ver, vamos a ver... los hombres (espero que no os ofendáis por esto) no es que se cuiden mucho los pies, aunque bueno, hay de todo en este mundo, tanto mujeres como hombres muy marranos. Por que también hay cada mujer.... que jojojo se queda fina...

Pero bueno que me voy del tema.

El señor se ha quitado los zapatos y ¿que había allí? DE TODO! Lo primero que me ha venido ha sido un olor repulsivo que aún no se como describirlo, pero es que ese olor no se iba, estaba impregnado en los pies de ese hombre. Imaginar si era fuerte el olor que después de haberle echado todos los potingues (desodorante de pies, jabón desinfectante, peeling y mascarilla de pies olor frambuesa) y haber estado una hora allí sobandole los pies el olor seguía.Y menos mal que tenía el estomago vacío si no juro que hubiera sacado hasta la primera papilla.

Lo siguiente que seguía eran las uñas. Como alguien con esas uñas puede ir por el mundo... si es que si se lo propusiera podría escalar y todo sin necesidad de toda la parafernalia de la escalada. Yo creo que después de haberle cortado y limado las uñas gasta dos tallas menos de zapatos.

Y indignados, esto no termina aquí.

Los pies eran rechonchos y llenos de pelo. Mucho pelo. Pelo negro y espeso. Sigo pensado y tengo escalofríos.

¿Sabéis lo único que me consuela? Que llevaba guantes y mascarilla... joder! porque me pagan porque sino...este trabajo este mal pagando enserio...

Dicho todo esto....

Besis y a indignarse!




#6 FEEILINGS/ relatos


Hola indignados, y es que hoy me puesto creativa y he pensado "¿porque no escribes algo así con mucho sentimiento?" y ¡ea! esto ha salido. -algo muy ñoña y muy profundo, algo de la ostia-. 
Así que mis indignados... disfrutarlo! 
Muchos besis y a indignarse!

--------------------------------------------------------------



Me giré y ahí estaba, como un sueño, como si ese fuera su lugar... su respiración era acompasada, sus ojos estaban cerrados, y su cabeza descansaba sobre la almohada.

Me acurruqué un poco más a él, y aun dormido me abrazó y susurro "te quiero" entre suspiros.

Era perfecto, perfecto para mi. En ese momento poco importaba el mundo si yo podía estar en ese lugar.

Lo miré.

No me cansaba de hacerlo, y mi corazón se aceleraba cada vez que lo hacía. Acaricié su rostro, cada uno de esos centímetros.... la parte que me irritaba la piel, que era su barba de tres días, cada vez que me besaba, y que en el fondo adoraba. La parte suave de debajo de sus ojos, su frente, sus pómulos...

Aún recordaba, aunque ya había pasado mucho tiempo, de la primera vez que nos besamos.

Era la segunda vez que lo veía en persona, que veía como la camiseta se ajustaba a los músculos de su cuerpo, y que sus ojos me hipnotizaban.

Desde hacía meses hablábamos y coqueteábamos cada noche. Todas las noches y sin excepción.

En nuestra segunda cita me llevó al cine, y sentía que estaba tenso, indeciso... mientras la oscuridad de la sala, más vacía que llena, nos rodeaba.

Luego me acompañó a casa, paró el coche justó delante de la puerta, me despedí de él, decepcionada porque nuestro tiempo llegaba a su fin y él aun no había dado el paso, y cuando menos lo esperaba, cuando ya daba por hecho que nunca sería algo más que mi mejor amigo, agarró mi mano y me acercó a él, sintiendo el calor de su cuerpo, su aliento entremezclándose con el mío, sus ojos azules mirándome fijamente.

Con la mano que tenía libre acarició mi mejilla... suave, lento...

Poco a poco se fue acercando, y de repente, sentí la humedad de sus labios, y una cálida sensación inundo mi cuerpo, un hormigueo se apoderó de la punta de mis dedos, mi corazón aceleró las pulsaciones...

Y a partir de ese momento, ya no me separé de él, nada ni nadie nos separaría, nadie nos haría daño... solamente a él quería en mi vida.

Al poco tiempo me di cuenta que no podría estar sin él. No podría aunque quisiera... simplemente lo amo.

Porque él es mi todo. Mi amigo, mi novio, mi amante... ese que me hace reír cuando lloro, ese que me hacer querer vivir